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LUZ EN LAS SOMBRAS

Hace algunos meses fui a apoyar una manifestación taurina a las afueras de la sede de la Asamblea de Representantes, motivada por una obligación moral ya que los toros han estado en mi vida desde que era niña, y la simple idea de que la Fiesta fuera prohibida en la Ciudad de México me causó un gran impacto.

 

Durante esta manifestación percibí la furia de los distintos grupos antitaurinos, percibí su desconocimiento del tema, y sentí la necesidad de hacer un documental para exponer mi visión de la Fiesta.

 

Como la Fiesta tiene mil facetas, en un principio no sabía exactamente por dónde iba a empezar a desarrollar este proyecto. Lo único que sí tenía claro era que debía hacerlo a partir del toro.

 

Y a través del toro descubrí otros aspectos humanos que muestran a la Fiesta como una tradición de una gran riqueza que está muy arraigada en el ánimo del mexicano, y que en cada lugar se vive de una manera propia y siempre alrededor de las festividades religiosas.

 

Cuando hice las primeras visitas a las ganaderías, confirmé que el toro es el argumento central de mi inspiración, y me pareció que era muy importante plasmar el sentimiento de esas personas que eligen vivir alrededor de la Fiesta y convierten su trabajo en el aspecto más significativo de su existencia.

 

El toro me fue guiando; me dio armas para seguir adelante. Cada vez que lo miraba en el campo sabía que estaba haciendo lo correcto, porque esa libertad del toro en su hábitat provoca una sensación muy especial que resulta difícil de entender para la gente que no ha tenido la oportunidad de verlo.

 

A cada paso que di para hacer el documental, reafirmé la idea que tenía desde un principio; la importancia de aportar algo a la Fiesta. Entendí con más nitidez el sacrificio del toro en la plaza, y su razón de ser; comprendí el sufrimiento del torero y su esfuerzo. Esos elementos, y otros más, me conmovieron profundamente.

 

Quise dar un punto de vista interno; es decir, desde adentro, lo que supone un valor añadido. Me atreví a hacerlo y al final me deja una gran satisfacción personal como aficionada, pues sólo me movió el afán de compartir esta vivencia, este sentimiento que une a muchas conciencias, a muchas personas de distinta formación, pensamiento, nivel social y económico. Por eso la Fiesta es tan democrática e incluyente.

 

La realización de este trabajo también me permitió comprender que a veces lo que ocurre en la capital del país está muy apartado de la realidad de la provincia, y la manera en que una decisión política, tomada a tanta distancia, puede afectar gravemente en otros lugares.

 

México no sólo es el Distrito Federal. México es muchos “Méxicos”. Así fue como también sentí la necesidad de mostrar ese México a través de los toros.

 

Me impresionó la colaboración tan amable de la gente que ha participado en el documental, y me di cuenta de que cuando tenemos una pasión en común las puertas se abren con más facilidad.

 

Este documental también se lo dedico a ese público ajeno a la Fiesta; esas personas que no tienen una postura definida sobre ella; aquellos a los que se quiere engañar con falacias. Y la intención de este trabajo es hacerlos sentir la Fiesta desde otro ángulo, el del sentimiento que es el hilo conductor de los personajes que aparecen aquí.

 

Espero que esta aportación sirva para que a la Fiesta se le mire con respeto y mayor interés.

Renel Tron